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jueves, 9 de enero de 2020

#Colombia 35 millones de colombianos que no recibirán una pensión


Así como van las cosas, dudo de que llegue a ese amable puerto de la pensión. Y como yo, unos 35 millones de colombianos tengan que trabajar hasta el último día de sus vidas.El uribismo, hay que dejarlo claro, intentó desinformar a los colombianos asegurando que quienes protestaban lo hacían porque buscaban que el Estado le diera todo regalado. Hay que dejarlo claro porque el paro fue convocado por más 50 organizaciones sindicales de todo el país, representantes de maestros, estudiantes y docentes universitarios, Rama Judicial, organizaciones comunales, grupos de campesinos, colectivos étnicos, artistas y defensores de la comunidad LGBTI. Las razones de la protesta se enmarcaron en el fracasado modelo económico de un régimen político que ha permitido que el 90% de las riquezas del país estén en manos del 10% de la población. Esto ha elevado los niveles de pobreza (6 de cada 10 colombianos vive con un salario mínimo) y, según las cifras más optimistas del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), 2.9 millones se encuentra desempleado. En el La Guajira y Chocó, no obstante, los porcentajes de desempleo alcanzan el 50%.
Asegurar que todo se trata de un complot internacional orquestado por el Foro de Sao Pablo, la izquierda latinoamericana y el gobierno de Nicolás Maduro no deja de ser otra forma –como si dice retóricamente– de intentar meterle a los colombianos los dedos en la boca. No deja de ser la misma estrategia perversa empleada durante el último plebiscito en el que afirmaron que si ganaba el “Sí” Colombia se convertiría en Venezuela. Iván Duque ha dicho una y otra vez, por distintos medios de comunicación, que el paro tiene motivaciones mentirosas. El partido de gobierno ha expresado que detrás de las protestas generalizadas de una gran mayoría de colombianos se esconde la intención de tumbar al presidente. Sin embargo, ese mismo partido ha presentado un proyecto de ley en el Congreso que busca, literalmente, desmejorar las condiciones laborales de los trabajadores más pobres de Colombia y, sobre todo, las de los jóvenes recién egresado de la universidad.
El Proyecto de Ley 212, radicado en 1 de octubre de 2019, tiene, entre otras intenciones, convertir la contratación laboral como la conocemos hoy en un recuerdo. Literalmente, el mencionado proyecto busca “reducir la jornada ordinaria de trabajo y reglamentar el trabajo a tiempo parcial y otras disposiciones” de carácter laboral. En la exposición que se hace de los motivos se puede leer: “reglamentar la contratación a tiempo parcial como modalidad válida de contratación laboral y regular los aportes a la seguridad social cuando se trate de contratación a tiempo parcial”.
Si hoy solo el 30 % de la población enganchada en el engranaje laboral cotiza, y solo el 10% de esos cotizantes tiene posibilidades reales de pensionarse, ¿qué pasará entonces cuando la contratación por horas se convierta en ley? Cuando el Fondo Monetario Internacional le “sugiere” a la dirigencia política del país llevar a cabo reformar laborales profundas, uno se pregunta ¿qué carajo le está sugiriendo?
Una de esas sugerencias no solo busca el aumento de la edad de pensión en hombres y mujeres, sino también el de la tasa de cotización y la posibilidad de que cuando el cotizante muera esos dineros no pasen a manos de la viuda, el viudo o los hijos menores, como lo expresa la norma hoy, sino a un fondo general del Estado. Otro aspecto del que el presidente y su partido no les han hablado a los colombianos tiene que ver con potencializar económicamente a los fondos privadas de pensión, en el sentido de que los futuros pensionados solo reciban al finalizar su vida laboral el dinero correspondiente al ahorro realizado durante las semanas requeridas de cotización, dejando al Estado por fuera de su responsabilidad económica en el tema pensional.
Pero todo esto ha sido negado por el presidente Duque, que como “buen muchacho” del nefasto partido al que pertenece, no ha tenido los cojones para mantear de frente un hecho que está consignado en el Proyecto de Ley en mención, sino que se ha dedicado, con declaraciones mentirosas, por supuesto, a afirmar que las protestas han sido organizadas con base en la manipulación de algunos grupos políticos interesados en polarizar y enrarecer el ambiente para hacer inmanejable su administración.
Así como van las cosas, dudo de que pueda llegar a ese amable puerto de la pensión. Y como yo, unos 35 millones de colombianos tengan que trabajar hasta el último día de sus vidas. Pero, sin temor a equivocación, las generaciones que solo podrán entender el concepto desde los manuales de historia son aquellas que hoy empiezan el trámite de la documentación para la afiliación a las EPS y a los fondos de pensión. Quizá, hasta el último día de sus vidas, no entenderán por qué sus abuelos trabajaron durante 30 o 40 años y lograron lo que para ellos, gracias a las reformas laborales que cursan trámite en el Congreso de la República, se les convirtió en una misión imposible lograr una pensión

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